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A pesar de que no se llaman José ni María, las bacterias, como todos los seres vivos, tienen nombres. Los científicos organizan los organismos en grupos, principalmente sobre la base de características similares. Este método de nombrar los organismos nos permite saber qué tan estrecha es la relación entre dos formas de vida. También facilita la comunicación entre los científicos de todo el mundo, porque los nombres científicos no cambian con el idioma.
El nombre científico de un organismo tiene dos partes:
- La primera parte del nombre es el género. Designa el grupo al que pertenece el organismo.
- Luego viene el nombre de la especie, que es el nombre específico del organismo.
Por ejemplo, este es el nombre científico del gato doméstico común: